Los hidratos de carbono: deben ocupar un 50-55% de los nutrientes, con no más de un 10% de azúcares simples.
Las grasas: han de ser un 30% del valor energético total, repartiéndose del siguiente modo: un 15-20% de grasas monoinsaturadas, un 5% de poliinsaturadas y no más de un 7-8% de saturadas.
Las proteínas: consumidas no deben superar el 10% de la dieta. Finalmente, se debe aportar al organismo unos 20-25 gramos de fibra vegetal.